Ex boxeador sanjuanino protesta encadenado a ring frente a cientos de espectadores y cámaras de televisión.

En 2007 interrumpió la pelea de la Hiena Barrios y el tailandés Decho Bankluaygym en el Luna Park, en defensa de sus derechos y los de sus colegas. Después invadió otros rings y hasta se encandenó en el Obelisco. Siempre polémico, ahora el sanjuanino Mauricio «Gringo» Cabrera volvió a protagonizar otro insólito momento en el boxeo argentino. Fue el pasado fin de semana en el estadio de la Federación Argentina de Boxeo, en una velada que fue transmitida por Boxeo de Primera para todo el país.

Con una remera que decía «Hoy decimos basta», Cabrera subió al cuadrilátero en la previa de la pelea entre Pacman Corzo y Cristian Grisales, válida por el título Fedelatin AMB Supermediano. No sólo se metió dentro del ring, sino que además, frente a cientos de espectadores, se encadenó a una de las cuerdas. Allí estuvo varios minutos. La transmisión de TyC Sports fue interrumpida mientras los dirigentes y entrenadores intentaban convencer al exboxeador de que terminara con la protesta. Los comentaristas del canal deportivo calificaron la situación como «vergonzoza», minimizando el reclamo del sanjuanino.

«Fue un momento muy tenso. Hay boxeadores, compañeros, que no están de acuerdo con mi protesta. Pero voy a seguir luchando para que los boxeadores tengan buena paga, tengan obra social, pensión. Para que se pueda pelear o hacer este deporte como corresponde. Los promotores facturan en dólares y los boxeadores cobran en pesos. Antes por lo menos se dejaban un porcentaje de la venta de entradas, ahora eso no pasa. Nadie quiere invertir en este deporte, sino que evitan los gastos y se la llevan toda. Los premios, incluso, son bajísimos: medio millón de pesos por pelear por un cinturón del mundo», expresó el «Gringo» a este medio.

Cabrera, quien integra la «Agrupacion 14 de septiembre, por los derechos del boxeador arriba y abajo del ring», remarcó la lucha que viene encabezando en pos de los deportistas del guante: «Mi protesta no viene de ahora. Hace 15 años comenzamos con esto cuando me caí del ring en 2005 y no tenía ningún seguro que pudiera respaldar lo que me había pasado. Y si bien ahora hay un seguro para los boxeadores, si un compañero se muere, su familia recibe apenas medio millón de pesos. Es una falta de respeto. Acá te quebrás la mano y los clavos están a 600 dólares. Nadie cuida a los chicos, a los deportistas. Por eso es mi reclamo, yo lucho por los derechos de los boxeadores».

El sanjuanino se refirió a la velada que protagonizó el 30 de abril de 2005, en el estadio Aldo Cantoni. Esa noche, en el primer minuto de su combate con Pablo Paoliello, se recostó contra las sogas para evitar un golpe y, al estar flojas, terminó cayéndose del ring desde un metro y medio de altura, golpeando de lleno el piso con su cabeza. Tras el accidente tuvo que ser hospitalizado y los exámenes médicos detectaron lesiones cerebrales que le impidieron seguir practicando boxeo, por lo que inició una demanda de 500 mil dólares contra la Federación Argentina de Box y TyC Sports, haciéndolos responsables de su accidente.

«Se me ha tratado mal, cuando fui un hombre que siempre le aportó al boxeo. Ya hice el curso de árbitro y juez de boxeo, pero no me aprueban los exámenes. Estoy 24/7 con el boxeo, sé lo que es trabajar con este deporte. Yo me quiero retirar de esa actividad aprendiendo todo, pero no me dejan,. Nosotros terminamos como pobres y mendigos; ellos (dirigentes) como millonarios», cerró.

FUENTE: Tiempo de San Juan

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